viernes, julio 20, 2007

El Bus

Todos los días trato de ir a la oficina en bus. Me toma 20 minutos y todo el recorrido lo hago a lo largo del río La Perla al frente del cual se encuentra mi apartamento y la oficina en la que trabajo.

Los buses (y en general todo el sistema de transporte público) son modernos, frecuentes y muy baratos. Por 2 Yuanes (unos 600 pesos colombianos) tomo la ruta 121, y congraciado con la antiecológica pero placentera comodidad del aire acondicionado tomo asiento y me pongo a leer el libro que esté descubriendo en ese momento. Ahora estoy leyendo Ursúa de William Ospina, de Carolina Arango (la dueña del ejemplar). Es tan bueno el libro que da ganas de aprendérselo de memoria.

La oficina se encuentra en un séptimo piso y somos al rededor de 40 personas distribuidas en dos departamentos: Textil y Hogar. Yo trabajo para la categoría hogar con 23 chinas y chinos, 6 franceses y francesas y un honkongués. El local tiene dos plantas y tiene ventanas panorámicas con vista al río. Yo tengo vista al cancel.

En el trayecto se pueden ver los ancianos sobre el paseo del río y en las aceras haciendo sus ejercicios matutinos en grupos o individualmente. Entre los ejercicios más comunes están: caminar hacia atrás pero mirando hacia adelante, aplaudir al frente con los brazos estirados, o las dos actividades sin caerse pero chocándose con todo el que no los ha visto. También parece muy saludable el darse golpecitos alternados con las manos sobre los hombros y la parte alta de los omoplatos así como la meditación esa que todos hemos visto por televisión alguna vez. Otros juegan lo que en Medellín le decimos Fuchi y son increíblemente hábiles. Bádminton también se ve mucho y entiende uno fácilmente por qué es un deporte nacional en China. Mejor dicho, no juegan ping-pong en la acera polque qué haltela tenel que sacal la puta mesa.

La belleza de sus gentes no es tal vez la característica a la que más recurran las personas que hayan visitado Guangzhou para describir esta ciudad. En el bus tuve una o varias veces la impresión de encontrarme dentro de un salón de los espejos debido a las formas corporales poco proporcionadas de los pasajeros. En otra ocasión creí que el bus estaba lleno de extraterrestres, y me dije, vea como ya vienen y todo de otros planetas a comprar aquí.

Esa misma sensación de ser abducido en un bus (¿abdbuscido?) la tuve una vez en Medellín, cuando no alcanzaba a comprender la retahíla de un niño que a todo pulmón no vendía, sino que proclamaba caramelos masticables Barrilete en un Circular "Connaître". Ese día pensé: ¡mierda!, cogí el bus pal planeta que no era.

E.S.M.
(En Su Monitor)



martes, diciembre 26, 2006

Almuerzo

Luego de una semana de estar comiendo en el hotel, decidí salir ese domingo en busca de un restaurante típico para iniciar acercamientos con la verdadera cocina china. Eran cerca de las 3 de la tarde y en realidad me impulsaban más las ganas de caminar que el hambre. Varias personas, en su mayoría de origen latinoamericano que he encontrado aquí, me preguntan cómo puedo ser feliz en China comiendo lo que aquí se come. Personalmente tengo el umbral del asombro en un nivel de considerable tolerancia. Difícilmente me impresiono y ya aprendí a aceptar que las culturas son simplemente diferentes en muchos aspectos. Por ejemplo, a varios de los franceses que conozco les parece muy desagradable ver en China gente escupiendo en las calles (como también lo hacen muchos ingleses en las calles de Inglaterra), y a varios de los chinos que conozco les parece reprochable que algunos franceses evacúen sus narices en público. Para mi tanto el desgarrador sonido que hace el chino con su garganta, como el efecto de sordina del francés cuando utiliza su pañuelo, pasan apercibidos más no recordados.

Francia, tan meritoriamente orgullosa de su cocina consume alimentos tan cuestionables para otras culturas como las patas (ancas) de rana y los caracoles. La carne de caballo se vende en restaurantes a precio de "entrecôte" y sin embargo hay quien se asombre porque en alguna región de Colombia comemos hormigas, o en todo el país, caballo. La langosta y en general los mariscos son seres tan horripilantes en su estado natural, que bien pudieron haber inspirado a Giger para crear algunos de sus Aliens. Si lo pensamos bien, nada más desagradable que un común y silvestre huevo de gallina, que disfrutamos sin melindres en muchos desayunos donde quiera que sea, y que comemos con gusto simplemente porque estamos acostumbrados, y sabe rico.

El restaurante que elegí era uno típico de barrio. Tenía la caja registradora a la entrada y la cocina al fondo. Un gran salón con ventanas a la calle, mesas redondas chicas... Mesas, redondas chicas y robustos comensales.
En un tablero fijado en la pared detrás de la vendedora señalé la foto del plato que quería ordenar, creyendo tener en frente las imágenes de Encuentre las 10 Diferencias que salen al final de los periódicos, y procedí a pagar en la caja.

La mesera hizo su aparción portando en la mano una bandeja con dos platos, uno pequeño con el arroz y uno más grande y hondo con algo que se asemejaba mucho a la foto que había escogido minutos antes. La carne era cerdo. Lo rojo debían ser pimientos, y lo que parecían algas verdes, creo que eran algas verdes. Los demás ingredientes fueron ingeridos sin ser identificados. NN-B (Nourriture non Nommée - mais quând même Bouffée).

El almuerzo finalmente estaba bueno. Tenía eso sí, muchísimo picante y con algunas lágrimas en el cuello pude disfrutarlo a cabalidad.

De vuelta en el hotel horas más tarde, recordé que el almuerzo estaba muy picante.

ESM
(En Su Monitor)

sábado, octubre 07, 2006

Sarabia Audita

La siguiente es la transcripción (traducción) de las restricciones que se deben tener en cuenta antes de exportar productos a Arabia Saudita (¿Arabia Inaudita?)


"OBJETOS SUSCEPTIBLES DE OBJECIÓN
Con el fin de asegurar la aceptación de sus productos sin ningún tipo de objeción, queremos que tome nota de los ítems que no deben aparecer en ningún artículo, caja, catálogo, manual de instrucciones, formulario de garantía, CD/DVD, casete de video etc. ni en ninguno de sus accesorios relacionados.

Lista de Objetos Susceptibles de Objeción
-Cerdo en ninguna forma (ni su imagen ni la palabra)
-Pokemon en ninguna forma (ni su imagen ni la palabra)
-Todos las marcas internacionales o sus logos, (a menos que sean aprobados por el comprador)
-Ángeles (humanos adultos/niños con alas en la espalda)
-Sirenas (mitad mujer mitad pez)
-Estrella de David (estrella de seis picos)
-Hebreo (Israelí) lenguaje/números/alfabeto
-Vino (rojo/blanco), Alcohol, Champagne, Cerveza, Ron, Ginebra, Vodka etc. mencionados como palabra o imagen.
-Santa Claus, Árbol de Navidad.
-Mujer / Cuerpo Humano en posiciones reveladoras / desnudo / semi-desnudo / cuerpo expuesto sin ropa).
-La Cruz, Jesús Cristo, María o cualquier dios o diosa de cualquier religión.
-Banderas de Estados Unidos, UK, Israel (a menos que sean aprobados por el comprador).
-Figuras de objetos animados (a menos que sean aprobados por el comprador).
-Mención de cualquier otro país en Inglés o en cualquier otra lengua a excepción de la indicación del "País de Origen" del producto.
-Bandera del "Reino de Arabia Saudita" en cualquier ítem o en su empaque, especialmente en productos como Balones, Accesorios o prendas para los pies etc. (a menos que sean aprobados por el comprador).

Nota:
Si tiene alguna duda o requiere alguna clarificación de alguno de los ítems antes mencionados, o cualquier otro ítem que usted considere que puede ser objetado, por favor consulte con el comprador encargado antes de proceder a su producción masiva o impresión.

Por favor asegúrese de que las instrucciones antes dichas sean aplicadas por todo proveedor sin importar la naturaleza del producto".

E.S.M.
(En Su Monitor)

miércoles, octubre 04, 2006

París - Hong Kong

Salí de París a las 2 de la tarde del domingo 24 de septiembre, con una enorme fatiga por la fiesta de despedida de Francia la noche anterior.


El viaje se desarrolló sin ningún contratiempo pero con las consecuencias propias de la clase económica en vuelo transcontinental. Total, no dormí tampoco un carajo en el avión. A mi lado izquierdo había una joven japonesa que hacía escala en Hong Kong antes de llegar a su destino final, Tokyo, con quien me distraje del insomnio hablando de esto y de lo otro gran parte del trayecto. Ella a su vez tenía al lado izquierdo como compañero de viaje a un viejito nipón, que cada vez que se adormecía repetía la típica reverencia japonesa de agradecimiento pero en forma lateral, es decir, invadía dulcemente el espacio aéreo de la joven, dejándole sentir la cercanía y el calorcito de su cabeza despoblada, que buscaba ciegamente en su estado de letargo un lugar en donde reposarse. Por momentos alcanzaba a hacer contacto con el cuerpo de su vecina, para luego tomar súbito revuelo al percibir el rechazo del hombro de aterrizaje. Ella, incómoda, no tenía de otra que llamar a las auxiliares de vuelo para que la libraran de esa cabeza que tan libremente planeaba entre los puestos 46G y 46F. Yo, que tuve la suerte de quedar ubicado en ventanilla al extremo derecho no puedo decir gran cosa del paisaje, porque además de contar con un cielo totalmente cubierto, me tocó en el ala.
E.S.M.
(En Su Monitor)